La palabra Gestalt es de origen alemán y tiene varios significados,
como ¨configuración¨, ¨estructura¨, ¨modelo¨, ¨totalidad¨, también
podemos traducirla como ¨necesidad que debe ser satisfecha¨.
La
Terapia Gestalt se ocupa de la existencia total del individuo y de sus
relaciones, tiene como finalidad colaborar en la integración de todos
los aspectos y dimensiones del ser humano (sensoriales, afectivas,
intelectuales, sociales y espirituales) facilitándole así una
experiencia unificadora.
La Terapia Gestalt fue desarrollada en
los años 40 y 50 por profesionales en los campos de la psiquiatría, de
la psicología, de la literatura y de la filosofía: Fritz Perls, Laura
Perls, Paul Goodman e Isadore From. Es una psicoterapia humanista, por
esto, su modo de hacer terapéutico se realiza desde la profunda creencia
en el potencial que toda persona tiene para crecer y desarrollarse.
Esto supone CONFIANZA en las posibilidades de cualquier persona, para
sobreponerse y gestionar un modelo propio y nuevo de actuar, y un
profundo RESPETO por su situación presente, que se intenta comprender
sin realizar juicio alguno.
En definitiva, el proceso terapéutico
conlleva un darse cuenta, es decir, hacer consciente aquello que se
necesita, y asumir la RESPONSABILIDAD, con uno mismo de tomar las
decisiones oportunas para guiar nuestra vida, de manera que podamos
alcanzar la autorrealización personal.
El objetivo principal de
la psicoterapia es siempre acrecentar el nivel de consciencia como
instrumento en la búsqueda del desarrollo personal y el crecimiento como
seres autónomos y plenos, por tanto, el terapeuta gestáltico es un
acompañante durante el proceso de la terapia que ofrece apoyo y un
entorno seguro en el que confiar y arriesgarse a probar nuevas formas de
actuar, de pensar, de decir y de ser más ajustadas a uno mismo, a quien
realmente somos. Estas son formas que ya poseemos, y que están
bloqueadas o demasiado escondidas por modelos de funcionamiento
aprendidos a lo largo de nuestra vida.